miércoles, 2 de diciembre de 2009

Para D. G. B:


Hoy te veo así,
con una sonrisa audible
y un par de ojos rebosantes de
algún tipo de felicidad,
de esa que trae lo desconocido
y esconde la incertidumbre
dentro de la jaula de costillas
que hoy resuena diferente.
Te encuentro así,
quitando el barro de los zapatos
de lluvias y polvo de ayer;
sacudiendo la esterilla de tu puerta
ahora que el día es más largo
y ese sol que siempre estuvo
tras las nubes negras y densas
hoy lo ves y lo sientes en el rostro,
ese que ves frente al espejo
y puedes mirar cuanto tiempo quieras.
Estás así,
con árboles aún desnudos de este invierno
que se marchó a otra parte,
y consciente de que llega la primavera
que ya ha florecido entre tus letras
y seguramente cubra tus ramas
de hojas muy verdes
que serán la sombra que te refresque
y solamente te refresque.
Hoy te veo así,
vivo y despierto nuevamente
como si hubieras despertado de un sueño
en el que no hubo cielo azul
aunque hubo cielo y estrellas.
Te encuentro así,
tan tú otra vez...
entre canciones que son de todos nosotros
y ruedas en el asfalto jadeantes de rodar,
otra vez, jugando a manchar el papel
que desde hace tiempo es tu insignia
porque sabes hacerlo así... increíble...

3 comentarios:

Karen Herrera Irureta dijo...

Eh... Sí... Confieso haberte robado la foto... Pero es que es una muy buena foto... Please FORGIVE ME!!!!!!!! jajaja... De todos modos.. nada puedes hacer ya. Espero te guste... Un abrazo.
Karenina Lemon.

karen herrera irureta dijo...

Sí, y también robé una frase que es muy notoria... Le agradecemos a V. T por haber unido palabras tan satisfactoriamente... Mis disculpas por el préstamo...

Damián González Bertolino dijo...

Me disculpo laaaaaaargamente por no haberte agradecido por este medio la delicadeza y la sensibilidad de lo que has hecho por mí, que no sólo abarca tus líneas tan llenas de ternura y sinceridad, sino pequeños gestos diarios que me han ayudado mucho.
Como te dije, leímos al mismo tiempo con VT este texto en un hotel de Montevideo luego de llegar enfermos de sueño de una cena absolutamente delirante, y al final de esa noche hallamos este poemas y quedamos conmovidos.
Un enorme abrazo y mil gracias, siempre.